
¿Cómo prepararte para un viaje largo?
El viaje empieza antes de partir.
Revisa tu auto antes de salir.
Un viaje seguro comienza con un vehículo en buen estado. Antes de partir, revisa los neumáticos: asegúrate de que estén bien inflados y sin desgastes significativos. Luego, chequea el aceite y el agua del motor, y completa los niveles si es necesario. No olvides probar las luces, especialmente las de freno y las intermitentes. Si algo no parece estar en orden, lleva tu auto a un taller para una revisión general. No te tomará mucho tiempo, pero hará una gran diferencia.
Lleva un kit de emergencia.
Nunca sabemos qué puede ocurrir en la carretera, pero estar preparado puede marcar la diferencia. Un buen kit de emergencia debe incluir triángulos reflectantes, un chaleco de alta visibilidad, cables para batería, una linterna y un botiquín básico. También asegúrate de llevar un neumático de repuesto y las herramientas necesarias para cambiarlo. Esto no se trata de “llevar cosas por si acaso”, sino de estar listo para imprevistos comunes.
Descansa bien antes de partir.
Manejar cansado es una de las principales causas de accidentes en la carretera. La noche antes del viaje, asegúrate de dormir al menos 7 u 8 horas. Si el trayecto será muy largo, considera viajar con alguien que pueda compartir el volante. Recuerda que llegar un poco más tarde es mejor que no llegar.
Planifica la ruta y las paradas.
Investiga el camino antes de salir. Averigua si hay desvíos, obras o carreteras en mal estado. Identifica estaciones de servicio y lugares para descansar. Haz paradas cada dos o tres horas para estirarte, comer algo ligero y mantenerte concentrado. Además, tener una ruta alternativa puede ser útil en caso de contratiempos.
No olvides tus documentos.
Asegúrate de llevar tu licencia de conducir, el permiso de circulación, la revisión técnica y el seguro obligatorio. Estos documentos no solo son legales, sino también necesarios en caso de emergencias o controles en la carretera. Tenerlos a mano puede ahorrarte muchos problemas.
Sé precavido con los animales en la vía.
En zonas rurales, es común encontrar animales cruzando la carretera. Si ves uno, reduce la velocidad y detente si es necesario. No uses la bocina, ya que podrías asustarlos y provocar un accidente. La paciencia aquí es clave; compartir la vía con ellos es parte del respeto hacia el entorno.
Lleva lo esencial, pero no te sobrecargues.
Viajar ligero no significa dejar lo importante. Lleva agua potable, snacks ligeros y ropa adecuada para cambios de clima. Si viajas a zonas frías, una manta puede ser útil. Recuerda que un auto lleno de cosas innecesarias puede volverse incómodo y afectar tu experiencia.
Haz que el viaje sea entretenido.
Pasar muchas horas manejando puede ser agotador, así que prepárate para disfrutar el trayecto. Crea una playlist, descarga un podcast o lleva un audiolibro que te mantenga entretenido y despierto. El viaje no tiene por qué ser aburrido.